viernes, 1 de octubre de 2010

UCDC 47 - La "Birome"


Hola amiguitos
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Todos los 29 de setiembre se celebra en Argentina, el día del inventor.
¿Cuál es la causa para que se haya elegido precisamente esa fecha para conmemorar a los inventores?
Bueno, es que en esa fecha en 1899, nació en Budapest don Lásló József Biró (falleció en Buenos Aires el 24 de noviembre de 1985).
¿Entonces?
Es que el bueno de “Ladislao” como se lo llamaba en la Argentina, inventó, entre otras cosas, la famosa birome, antecesor inmediato de lo que TODOS los días usamos los que aún solemos escribir algo de modo manuscrito.
En su país natal incursionó como deportista en su carácter de corredor de carreras de autos, como artista inclinado a la escultura y la pintura y otras actividades más prosaicas como vendedor a domicilio y despachante de aduana. Pero sus motivaciones más profundas estaban en el periodismo y las actividades que desarrollaba en su doméstico taller de inventor práctico.
Dice la leyenda que solía ponerse nervioso cuando su “lapicera fuente” (en cuyo desarrollo también colaboró) se le atascaba en el medio de una nota o reportaje.
Una tarde después de una lluvia, caminando pensativo con quién sabe qué destino, se distrajo observando unos niños que jugaban “a las bolitas”. Veía que cuando una de ellas atravesaba un charco de la reciente lluvia, dejaba un trazo húmedo sobre la calle seca.
No está documentado que haya dicho “Eureka” como ocurrió con Arquímedes pero él atribuía a esa anécdota el haber obtenido la idea que luego se convirtió en el cotidiano bolígrafo.
Fue difícil desarrollar esferas tan pequeñas como para que su idea floreciera pero en 1938 patentó su invención en Budapest y en París pero nunca llegó a tener distribución comercial.
Hay otra historia paralela.
Durante el mismo año de 1938, mientras se encontraba en Yugoslavia trabajando para un diario de su país natal, estableció una conversación con un hombre de un lejano país sudamericano.
Estaba escribiendo un telegrama con su “prototipo” y a su interlocutor le fascinaba la velocidad de su escritura.
El periodista le agradeció conceptos y le hizo comentarios respecto de las trabas que había tenido para comercializar su dispositivo.
El hombre le dijo que en su país, la Argentina, su producto tenía grandes posibilidades de fabricarse a escala y le entregó una tarjeta de presentación en la que se leía su nombre y su profesión:
Se trataba de Agustín P. Justo, quién, a través del corrupto proceso conocido como “fraude patriótico” había accedido a la primera magistratura en el año 1932.
En ese año 1932 Biró inventó una caja de transmisión automática cuya patente negoció con General Motors que rápidamente abandonó su desarrollo por cuestiones de marketing.
Se instaló luego en Francia donde, entre otras cosas, trabajó en los laboratorios de los Servicios Secretos de las Fuerzas armadas.
Unos años más tarde, cuando el nazismo invadió Francia Ladislao, su hermano Georg y su amigo y futuro socio Juan Jorge Meyne decidieron que la vida estaba en otra parte y poco tiempo después desembarcaban en el puerto de la ciudad de Buenos Aires para instalarse en ella.
Unos meses más tarde, en mayo de 1940, en el “Sevilla” un barco transatlántico español, llegaron también Elsa Schick y Mariana Biro la esposa y la hija de Ladislao respectivamente.
A comienzo de la década de los 40’, los Biró y Meyne fundaron un empresa que se llamaba “Biro, Meyne & Biro” la que, (como tantas otras) comenzó su actividad en un garaje con una dotación de 40 operarios y un presupuesto muy reducido.
¿A que se dedicaba esta empresa? Primero a desarrollar y luego fabricar y comercializar “unos lapicitos de tinta” cuya marca provenía del acrónimo de los apellidos de sus dueños (BiroMe) los que, en principio eran considerados un juguete.
Yo mismo recibí dos como regalo para mi octavo o noveno cumpleaños y me consta que no estaba autorizado su uso en las escuelas públicas.
La fábrica se dedicó también a otros inventos que no tuvieron éxito comercial y no prosperó por problemas de índole financiero.
Un tiempo mas tarde los propietarios licenciaron la idea a las firmas Eversharp Faber en los Estados Unidos y Marcel Bich de Francia.
La primera de ellas utilizó el dispositivo bajo su propia marca en tanto la francesa desarrolló la mundialmente conocida marca Bic.
En total fueron más de 30 las patentes de este hombre que en una entrevista un tiempo antes de fallecer hizo referencia a que “su ‘juguete’ había dejado 36 millones de dólares en el tesoro de la Nación por la venta de productos que no eran de la tierra sino del cerebro”
¡Qué suplicio! ¿No? Son solo un par de líneas más mientras les hago llegar el más cálido de mis agradecimientos.
Saludos, besos y abrazos
Mario Aicardi

miércoles, 15 de septiembre de 2010

UCDC 46 - Los Mensajes y los Mensajeros

Índice - Ilustración: Fidípides de Luc-Olivier Merson (21-05-1846 a 13-11-1920)
Hola amiguitos
A veces me cuesta recordar cómo era la vida en los tiempos en que no existían los celulares, el e-mail, la red internet o el GPS.
En mis años de extrema juventud mandar una mensaje en forma de carta, por ejemplo, involucraba actividades tan disímiles como disponer del papel apropiado, el dispositivo de escritura (lapicera, birome, tinta), el sobre adecuado y la voluntad de escribir teniendo en cuenta que lo que se expresaba era casi definitivo debido que las posibilidades de corrección eran limitadas.
Una vez terminada la carta había de efectuar los dobleces necesarios para poder introducirla en el sobre que disponíamos (tarea que no siempre era sencilla).
Si teníamos en casa las estampillas postales necesarias solo era preciso pasarles la lengua y pegarlas en el borde superior derecho del sobre cerrado y dirigirse hacia una de las esquinas en las que se solían encontrar los simpáticos buzones del que los empleados del correo solían retirar las sacas un par de veces por día.
Si no teníamos las estampillas o el envío debía ser hecho de modo “Certificado” o “Expreso”, no quedaba mas remedio que concurrir a alguna de las sucursales de correo que no siempre estaban “en la otra cuadra”.
Si estábamos fuera y precisábamos hacer una llamada telefónica debíamos buscar y encontrar un Teléfono Público que funcionara (que rara vez estaba en lugares abiertos) y disponer de las monedas, cospeles o tarjeta telefónica para pagar esa llamada.
En siglos anteriores el correo personal precisaba de personas que trasladaran la información. Originalmente era un simple “chasqui” o mensajero el que cumplía con uno o varios encargos.
En las famosas “postas” cambiaban de caballo para continuar el camino si ese era el medio.

Uno de los mensajeros famosos resulto ser Fidípides quién, según se atribuye erróneamente a Heródoto, corrió los casi 42 kilómetros que hay desde Maraton a Atenas para avisar a los atenienses que el equipo local había derrotado a los persas a quienes no les había quedado otra opción que alzar las banderas y volver a casa masticando la ignominia de la derrota.
Dice la leyenda que, instantes después de llegar y decir (en griego por supuesto) “Hemos vencido” cayó muerto.
Pero no murió de cansancio -como me enseñaron en la escuela- sino a consecuencia de las heridas recibidas durante la batalla.
La aseveración de que no murió de cansancio estaría avalada por el hecho de que don Fidípides no era un mensajero aficionado dado que había recorrido reiteradamente los poco mas de 240 km entre Atenas a Esparta, la última de ellas para pedir ayuda contra los persas a las autoridades del “clásico rival”.
En un próximo UCDC he de retornar a este asunto de los mensajes y sus mensajeros.
Los que se encuentran leyendo estas últimas líneas son, como siempre, acreedores a mi más profundo agradecimiento.
Mario Aicardi - volver al índice

sábado, 28 de agosto de 2010

UCDC 45 - Los Niños Prodigio en la Música - II

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Hola amiguitos
Hace unos días, más precisamente el 20 de agosto de 2010 cumplió 36 años Maxim Vengerov, uno de los niños prodigio de la música de la última mitad del siglo XX,.
Está considerado uno de los grandes ejecutantes de violín de la actualidad y tengo conocimiento de algunas anécdotas de su niñez que dibujan la condición de niño prodigio que supo transitar durante su infancia.
Nació en Novosibirsk capital de la Siberia Occidental y la tercera ciudad de Rusia.
Desde muy temprana edad Maxim dio muestras de una enorme habilidad para la ejecución del violín lo que llevó a sus padres a viajar a Moscú y contactar a Galina Tourchaninova, una afamada profesora que se dedicaba habitualmente a profesionales del instrumento.
Se me ocurre que, cuando a Galina le dijeron que un matrimonio con un chico de 5 o 6 años había venido de Novosibirsk y tenía interés en sus servicios pedagógicos para el niño, suspiró profundamente, los hizo esperar un rato y al final los atendió amable pero fríamente.
Les explicó que ella solo atendía profesionales y que no quería hacerles perder el tiempo y el dinero.
Los padres insistieron para que escuchara al niño.
Galina miró su reloj y pensó “Y bué…, lo escucho un par de minutos y les digo que sí, que ya les voy a avisar cuando lo pueden traer y después, si te he visto, no me acuerdo”.
Maxím comenzó entonces a demostrar sus virtuosas dotes con el violín. La docente lo dejó llegar hasta el final y le pidió otras interpretaciones.
Sin salir de su asombro, canceló sus obligaciones para ese día y comenzó la tarea que llevaría a los Vengerov a instalarse en la capital de la Unión Soviética.
La verdad no sé a que se dedicaron pero tuvieron acceso a un departamento que, como en muchas de las ciudades de la ex Unión Soviética, estaba situado en un predio en el que varios edificios compartían un gran patio interior.
Maxím tenía dos grandes pasiones: El violín y el triciclo.
Por la mañana asistía a la escuela. Después del almuerzo lo llevaban al Conservatorio de Galina y retornaban a casa cuando la claridad del día era sólo un recuerdo.
Era el momento de las tareas escolares, de la cena y… del triciclo.
Había pasado largas y deliciosas horas aprendiendo las dificultosas técnicas de ejecución del violín. Era la hora de su otra pasión.
El gran patio al que nos referíamos lo acogía entonces por varias horas.
El triciclo, que alguna vez fue nuevo, comenzó a tener sus achaques y sus rueditas traseras comenzaron a mostrar su deficit de mantenimiento y solían hacer sentir sus chirridos por la falta de lubricación.
Esto producía las consabidas quejas de sus vecinos que también habían llegado a sus casas luego de la faena diaria y no sabían que el niño que los torturaba con su ruidoso triciclo era un nuevo niño prodigio que estaba llamado a ser uno de los grandes ejecutantes de violín de la actualidad.
Hoy Maxim alterna la ejecución con la enseñanza, cuida y avanza en el desarrollo de su técnica mientras hace lo mismo con su propio cuerpo.
En 1997 fue nombrado Embajador de Buena Voluntad del UNICEF siendo el primer ejecutante de música “clásica” en obtener dicho nombramiento.
Ejecuta un Stradivarius "Reynier" de 1727, que le ha sido facilitado en comodato por la compañía LVMH/MOET HENNESSY LOUIS VUITTON.
Ya es hora que vuelvan a sus actividades personales y disculpen a este servidor que, como es habitual, agradece a quienes llegan a este punto.
Saludos, besos y abrazos

sábado, 24 de julio de 2010

UCDC 44 - Los Niños Prodigio en la Música - I

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Hola amiguitos
Como no toda felicidad es completa, acá estoy, nuevamente en calidad de verdugo durante el tiempo que me obsequien para leer estas pesadas palabras.
La música se ha ido convirtiendo para mí en un refugio para descansar de mis angustias, …en una necesidad cotidiana, …en una de mis habituales gratificaciones.
Pero no he progresado más allá de mi condición de simplísimo oyente con un pequeño grado de ilustración acerca del compositor o el intérprete y la época y condiciones en que fueron escritas o ejecutadas algunas obras.
No sé a Uds. pero a mí me sigue sorprendiendo la historia de los niños prodigio de la música.
El caso más conocido y paradigmático es el de don Wolfgang Mozart.
Una biografía escrita por Marcel Brion cuenta, entre otras, una anécdota que lo retrata como prodigio pero, fundamentalmente, también como niño.
Johann Andreas Schachtner, un tal Wentzel, ambos amigos y colegas de Leopold Mozart -padre del prodigio- y Leopold mismo, solían conformar un trío de cuerdas doméstico que desgranaba sus ratos de ocio creando, arreglando e interpretando música en casa de los Mozart.
Parece que don Johann Andreas, segundo violín del trío, no era muy puntual que digamos y en una oportunidad, contando Wolferl con seis años, se ofreció a los otros componentes para reemplazarlo hasta su llegada.
Leopold ignoró en principio el ofrecimiento por parte de una criatura pero ante su insistencia, no dejó de señalarle que para acompañarlos en un trío debía conocer las técnicas para la interpretación del violín.
La repuesta del niño fue “Para hacer de segundo violín no es necesario saber”.
Su padre -autoritario don Leopold- le dijo “basta” y que los dejara de molestar.
El pequeño se retiró llorando en tanto llegaba el esperado tercer integrante.
Y fue él quien intercedió para que Leopold le permitiera al menos acompañar.
Y allí fue el niño con su violín a sentarse a la derecha del recién llegado.
En un momento de la ejecución Schachtner escuchó a su lado y, sorprendido, dejó de tocar.
Fue Wolferl el que actuó de segundo violín en los seis tríos que interpretaron.
Cuando terminaron, ante la emoción del padre, el titular del segundo violín dijo “con asombro advertí que yo sobraba”. Pero no todo terminó ahí: En broma le ofrecieron que interpretara como primer violín. El niño no había desarrollado aún su sentido del humor y aceptó la propuesta.
Así repitieron satisfactoriamente un par de los mismos tríos.
Pero Wolfgang está lejos de ser el único.
Giuseppe Verdi es otro pero no tan conocido como niño prodigio de la música.
Salvando las evidentes distancias, a diferencia de Wolfgang, que vivía en un ambiente en el que la música era a la vez divertimento y recurso económico, la extracción rural del autor de Il Nabucco, La Traviata, Otello y muchas otras óperas puede haber influido para que sus comienzos musicales hayan sido demorados.
Su padre, Carlo Verdi, ni tan tosco ni tan inculto, había heredado la Osteria Vecchia en Busseto (Parma), una posada inaugurada a su vez por su propio padre poco antes de 1790.
Su madre, Luiggia Uttini era también hija de un posadero.
No pasaban penurias económicas pero nada les sobraba.
Por la posada pasaban grupos musicales que iban de aldea en aldea para animar fiestas campestres y ceremonias diversas y solían animar a los parroquianos con sus interpretaciones. Estos a su vez acompañaban en los coros que se formaban cuando el ambiente así lo permitía.
Fue uno de esos parroquianos, Pietro Baistrocchi, de profesión maestro de escuela y organista, quién descubrió la vocación musical del pequeño Verdi y aceptó con gusto darle clases particulares cuando este cumplió los cuatro años.
Cuenta uno de sus biógrafos, Pierre Milza, que en una oportunidad, cuando Verdi tenía 14 años y ya había compuesto una cantata de en ocho movimientos que tuvo cierto éxito, fue convocado de improviso para reemplazar a un organista que debía tocar en una misa cantada en la iglesia Sant’Ignazio.
Verdí dejó su lugar en la iglesia, “… se instaló frente al instrumento y comenzó a tocar con tal pasión y virtuosismo que el público quedo asombrado, al igual que el canónigo.”
Una vez terminada las misa, su maestro le preguntó “¿Qué obra interpretaste Pepino?”.
Su respuesta fue “Una obra mía maestro. Sólo seguí mi inspiración”
Cansados ¿No? Son solamente un par de renglones mas pero son los más gratificantes para mí porque sé del ciclópeo esfuerzo que les ha costado alcanzar este punto. Lo agradezco.
Está en mis planes cercanos, recordarles algunos otros niños prodigios de la música pero van a ser más contemporáneos.
Besos y abrazos
La Ilustración muestra la imagen del Manekken Pis la escultura emblemática de la ciudad de Bruselas. Poco que ver con los niños prodigio, al menos en la música

viernes, 21 de mayo de 2010

UCDC 43 - Mesalina

  • Ir al índiceEn la Ilustración: “Charlotte Wolter como Mesalina” obra de Hans Makart (1840-1884) en exhibición en el Museo Histórico de Viena.Charlotte Wolter (1834-1897) era una actriz muy famosa de su época galardonada por su interpretación de la tragedia “Mesalina y Arria” de Adolf von Willbrandt (1837-1911).
Hola amiguitos
La lengua castellana ha reservado la palabra mesalina con la siguiente definición: 1. f. Mujer poderosa o aristócrata y de costumbres disolutas.
Los UCDC 015, 025 y 030 tratan sobre mujeres que han dejado una marca a través de su paso por los senderos de la historia.
Algunas no son tan famosas pero todas son reconocidas por alguna de las especiales circunstancias que les tocó vivir.
Las hubo virtuosas, artistas, una emperatriz, la primera Premio Nobel y hasta la mamá del Rey Salomón.
Hoy viene a mi memoria otra mujer famosa; romana, también voluptuosa, joven y ambiciosa.
Existe una leyenda no documentada que la pinta también como una consumada atleta sexual.
Se trata de Mesalina, que vio la luz cuando terminaba el primer cuarto de siglo de la era cristiana pero que no llegó a alcanzar el segundo de esos cuartos. Vivió desde el 25 DC hasta el 48 DC… y no falleció por causas naturales.
Eran las épocas en que el emperador era Calígula (de caligas=botas, por extensión “Botitas”) quién se destacaba por su crueldad, sus escándalos y la corrupción de la última parte de su reinado.
Una vez Mesalina le hizo creer a Claudio (10 AC – 53 DC), tío del emperador, que lo amaba. Cuando Claudio creyó que semejante ejemplar femenino lo tenía entre sus ojos, decidió que era momento de olvidar sus dos fracasos matrimoniales previos y hacerla su tercera esposa.
Mesalina contaba con tiernos 16 años.
Claudio, nombrado emperador a la muerte de su sobrino, no era considerado justamente un dechado de virtudes físicas ni intelectuales (es más, se decía que era “medio” tonto) por lo que Mesalina aprovechaba esta circunstancia para adornar la cabeza de su esposo con astas de las más variadas formas y dimensiones. Sus infidelidades eran diarias y e incluyeron a miembros de la corte, senadores, actores, soldados, gladiadores y funcionarios menores.
Tuvo una importante influencia en las decisiones que tomó Claudio como emperador y se valió de esa influencia para satisfacer apetitos y caprichos variados.
Mesalina era una mujer promiscua y orgullosa de su lascivia. Por supuesto no resulta sencillo encontrar pruebas acerca de las escandalosas leyendas con las que la relacionan pero una de ellas dice que ejerció como prostituta en un barrio de Roma (Subura) con el seudónimo de Lycisca que significaría algo así como “la joven Loba” (siempre la loba asociada a la prostitución – ver UCDC 017).
Otra de las leyendas tiene características más bien deportivas ya que refiere a un reto que hizo al gremio de las prostitutas romanas.
Aprovechando que don Claudio andaba de paseo y conquista por Britania, organizó una competición a celebrar en el Palacio Imperial, en la que el objetivo era conocer quién podía “atender” mayor cantidad de hombres en un día.
Un nutrido grupo de importantes representantes masculinos de la corte y algunas mujeres que Mesalina había convencido, se dio cita al comenzar la noche y en representación del gremio desafiado se hizo presente la prostituta más famosa de Roma, una portentosa meridional conocida con el nombre de Escila.
Y comenzó el desfile.
Cuando despuntaba el amanecer de un nuevo día, el score de Escila era verdaderamente escalofriante: Sus “atendidos” alcanzaban la cifra de 25.
Mesalina venía detrás pero con resto.
Nunca se sabrán las cifras oficiales pero se dice que continúo luego de haber casi triplicado la cifra de su contrincante.
El único relato con algún tipo de valor documental acerca de este hecho, es una descripción realizada por el poeta satírico Juvenal en su Libro II - Sátira VI, de largos 695 versos, en el que se la “agarra” con las inocentes mujeres.
Mesalina había tenido un amor adolescente que no le fue correspondido.
Se trataba de un tal Apio Silano.
A pesar de sus múltiples insinuaciones, don Apio nunca respondió.
Una vez, ya emperatriz, Mesalina convenció a Claudio para que lo trasladara desde la península ibérica y, para tenerlo cerca, lo hizo casar con su mamá. Apio se mantuvo aun impertérrito por lo que Mesalina, cansada de los desprecios de este personaje, ideó un complot que terminó con la ejecución de Apio por traidor.
Pero no terminaron ahí las cosas. Otra vez que Claudio estaba en Ostia, una isla del mediterráneo, se casó(? ) con uno de sus amantes, el cónsul Cayo Silo y planeó la muerte de su esposo.
Un esclavo liberado (Tiberio Claudio Narciso), al servicio aún de Claudio, fue y le dijo “Guarda Claudio que algo están tramando en tu contra”.
Claudio no era hábil ni inteligente pero era el emperador. Denunció la prohibida bigamia de su esposa por lo que fue condenada al suicidio, un modo muy simpático que tenían los romanos para evitar remordimientos.
Mesalina sintió horror de suicidarse por lo que fue decapitada por un centurión de la guardia que concurrió especialmente a tal efecto al jardín de Lúculo en el que Mesalina esperaba la condena.
Se había hecho todo lo posible para que Claudio no estuviera cerca para evitar que la perdonara
Claudio, que había concurrido a una cena, fue notificado de la ejecución. Su reacción se limitó a pedir que le sirvieran un poco mas de vino.
Unas pocas palabras finales para este muchacho Claudio.
Su última esposa, y casi con certeza la instigadora de su asesinato, era Agripina.
Agripina tenía un hijo. Este hijo se llamaba Lucio Dionicio Ahenobarbo. Se trataba del mismísimo y musical Nerón quién sucedió a Claudio como emperador.
Por las dudas, tiempo después, Agripina era ejecutada por orden de su cariñoso hijo.
Bueno, bueno. Parece que ya es hora de andar terminando.
Solo los pacientes que leen esto saben cuán grande es el cariño que les profeso
Saludos, besos y abrazos
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Mario

viernes, 14 de mayo de 2010

UCDC 42 - El Póker y una Anécdota



Hola amiguitos:

No me gustan los juegos de azar.
No me gustan casinos, ruletas, timbas, quinielas, senas ni loterías. Y mucho menos el Punto y Banca.
Hago una excepción con los hipódromos porque en una época me fascinaban los caballos de carrera… pero un billete de diez dólares tiene mas valor de lo que pueda haber perdido y/o ganado en las muchas veces que fui y las pocas veces que jugué en un hipódromo.
Entre los juegos que no me gustan está el póker. No sé si es que no lo termino de entender o que no puedo entender porque les gusta a los que les gusta.
Me pregunto intimamente: donde está la destreza de encomendarse a los dioses a través del pedido de cartas para armonizar con aquellas con las que me quedo.
Un “par simple” no me dice nada… como no me lo dice un “full”, un póker o una escalera, ya sea ella plebeya o “real”.
Dejo de lado la motivación que pueden representar los borbotones de la adrenalina segregada como respuesta a la ansiedad que produce el desconocimiento de lo que va a suceder en los instantes siguientes al hecho de mostrar el juego.
Pero como dije antes. No termino de entender donde está el gusto.
Debo ser yo nomás.
Pero el póker ha sido argumento de muchas historias -reales o ficticias-, cuentos, novelas y películas.
Uno de esas historias, bastante conocida, refiere a un tal John Holliday alias “Doc”.
Doc debía su seudónimo al hecho que, a pesar de ser un sujeto de armas llevar y jugador empedernido, había pasado por una universidad de los incipientes Estados Unidos y se había graduado de Dentista.
Varios y nutridos tiroteos tuvieron a Doc como activo participante. Algunos de ellos del lado de la ley y codo a codo con su amigo Wyat Earp, famoso sherif de Dodge City y amigo también del legendario Bat Masterson.
En una ocasión estaba Doc en el saloon cuando llegó un sujeto llamado Ed Bailey.
Era un altanero matón diestro con las armas quién tuvo la mala idea y peor suerte de desafiar al dentista en una partidita de póker.
Este Bailey tenía actitudes poco “éticas” en un juego de reglas y códigos tan específicos como el póker. Una de ellas era recoger los descartes y echarles una mirada. Esas normas o reglas no escritas suponían -y suponen- que el infractor perdía la mano.
Doc, jugador paciente, advirtió a su contrincante en dos oportunidades.
- No vuelvas a hacer eso Ed- puede haberle dicho.
Ed, pistolero antiguo de las películas del oeste no parece haber prestado demasiada atención.
Hubo una la tercera vez. Y en esa tercera vez “Doc” Holliday, como correspondía, recogió el dinero de la apuesta sin decir una palabra ni mirar a su rival.
Bailey, se desconcentró primero pero reaccionó de acuerdo a su hábito y sacó rápidamente su arma con la que amenazó a Doc.
Los parroquianos de las mesas mas cercanas, decidieron que era momento de apartarse, por las dudas.
Doc, en tanto, mantuvo la calma y, haciendo honor al juego, puso su mas expresiva “cara de póker”.
La presunta disputa terminó cuando ni siquiera había comenzado.
Un cuchillo había aparecido en manos del dentista y antes que pudiera siquiera suspirar, Ed Bailey yacía tendido en medio del charco formado por su propia sangre con su vida escapando por la herida de su estómago.
No sé si se supo qué tenían en ese momento los jugadores pero la “mano” parecía favorecer al matón… por su revolver.
Sin embargo fue Doc el que sacó mejor partido por sus “cartas” mas “afiladas”.
Agradezco, como siempre, a los que, estoicamente, resistieron sin bostezar.
Saludos, besos y abrazos
Mario

martes, 4 de mayo de 2010

UCDC 41 - La Dolores

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Ilustración: El Mesón de La Dolores
Hola amiguitos
Los que hemos tenido la suerte de acumular algunos años sobre nuestras esforzadas espaldas hemos tenido también oportunidad de escuchar una famosa copla aragonesa cuyos versos dicen.

Si vas a Calatayud
Pregunta por la Dolores
Que una copla la mató
De vergüenza y sinsabores


De cualquier manera, aquella copla se terminó confundiendo con la siguiente.

Si vas a Calatayud
Pregunta por la Dolores
Que es una chica muy guapa
Amiga de hacer favores

Hubo quienes tuvieron la picardía de cambiar su letra por otras, como por ejemplo la siguiente

Si vas a Calatayud
Pregunta por don Manuel
Que si no está la Dolores
El favor te lo hace él.

Existe una leyenda sobre esta famosa Dolores en la que se mezcla la realidad -de la que toma nombre y apellido propios- y cuenta la historia de una joven muy bonita y sumamente solidaria que trabajaba en un mesón.
Melchor, un peluquero que la ha seducido, conoce de la existencia de dos competidores en su pretensión amorosa: Patricio, un comerciante de mucho dinero y un sargento conocido como Rojas, a secas.
Pero la Dolores se enamora locamente de un seminarista de nombre Lázaro, sobrino de la dueña del mesón y la historia termina cuando Lázaro acaba con la vida de Melchor asestándole una puñalada.
El nombre propio de la que se asigna como la Dolores “original” sería María de los Dolores Peinador Narvion quién nació en Calatayud el 13 de mayo de 1819 siendo hija de don Blas, gallego para mas datos y de doña Delfina Manuela, una distinguida y acaudalada bilbilitana.
Don Blas era un militar con inclinaciones políticas y en 1825 fue nombrado alcalde mayor de Daroca, una ciudad aragonesa de la provincia de Zaragoza.
En 1827 doña Delfina dejó este mundo y con él una cuantiosa herencia para sus hijos.
Era don Blas el encargado de administrar esa herencia.
Blas aprovechó su edad y su exitosa situación económica para dejar la profesión de viudo exitoso y convertirse nuevamente en esposo de renombre.
Entretanto los “duros” de la herencia pugnaban por quedarse en las faltriqueras de don Blas quién pasó a ser Alcalde mayor de Gerona primero y juez de primeras instancias después.
El 1839, Dolores, de suaves y muy bien llevados 20 años, contrajo secreto matrimonio con Esteban Tovar, un ex militar andaluz cuya miopía hormonal le hacía ver a la bella Milagros sólo como destinataria de una herencia que su suegro se negaba a soltar.
Dado que el tiempo transcurría y don Blas no daba muestras de desapego respecto de los bienes de la herencia (fortuna calculada en alrededor de sesenta millones de euros actuales) el joven matrimonio decidió iniciar pleitos que produjeron largos y amargos juicios a través de los cuales recibieron, al final, las propiedades en litigio.
Sin embargo, la suelta mano de Esteban, los dadivosos gestos de Dolores y los errores en la administración de la fortuna, hicieron que su situación pasara paulatinamente de holgada a comprometida y de comprometida a arruinada.
A mediados de ese siglo IXX decidieron mudarse con sus cuatro hijos a Madrid donde nacieron otros dos hasta que, viuda y con 75 años de edad, falleció, en agosto de 1894.
El Mesón de Dolores, en el que no hay documentación probatoria de que Dolores haya trabajado, existe aún en Calatayud y ha sido convertido en Hospedaje (3 estrellas) con una tarifa diaria fuera de temporada de sesenta y tres euros por noche.
La leyenda de Dolores dió origen a la ópera “La Dolores” de Tomás Bretón que fuera estrenada con regular suceso en el Teatro de la Zarzuela en Madrid el 16 de marzo de 1895.
Yo sé que ha sido duro pero hasta aquí hemos llegado juntos. No me va a alcanzar el tiempo que me resta de vida para agradecerlo.
Besos y abrazos.
Mario